La inteligencia artificial no reemplazará al abogado

El abogado José Antonio Olaechea, socio gerente del estudio de abogados Olaechea con 140 años de existencia en el país, se mostró optimista con la inmersión de las nuevas tecnologías y señaló que la defensa esencialmente es la interpretación de las normas.  

“Un abogado es un intérprete del Derecho y eso no va a cambiar, la inteligencia artificial va a traer información a la mesa, pero no va a reemplazarlo… Los abogados verán la interpretación de la data, y se centrarán en temas más sofisticados y complejos. Para ello requerirán mayor preparación y deseo de innovación”, señaló en entrevista a Gestión.

Al esbozar el futuro de la profesión reconoció que la inteligencia artificial se hará cargo del manejo de los temas más sencillos. “Lo que antes eran trabajos complejos y de mucha dedicación, como un due diligence, con los cambios que se están produciendo hoy se podrán hacer con la inteligencia artificial que analiza el 80% de la información con un 90% de precisión”, señaló.

“Por ejemplo, antes se tenían que revisar muchas licencias o permisos y muy pronto esto se realizará con un programa que emitirá un reporte y que seguramente quedará en manos de técnicos del Derecho y permitirá abaratar los costos de las transacciones”, incidió al opinar sobre las tendencias que afectarán a los profesionales del derecho.

Respecto a la enseñanza en las universidades para el futuro, señaló que “deben exigir competencias, es decir, conocimientos. Esto debe ser visto desde la contribución al desarrollo del país, la correcta explicación del conflicto de interés y las prácticas prohibidas para un abogado. Competencia con conocimiento de deontología”.

Al realizar una comparación entre un abogado de hace 30 años y uno que está a la vanguardia, aseveró que antes, “un abogado ingresaba al estudio se le asignaba una oficina, una secretaria y determinados clientes. Su labor era muy transversal y terminaba viendo varios temas del mismo cliente. Hoy el abogado debe tener un conocimiento absoluto de la tecnología, ser bilingüe, pues el nivel de negocios obliga a que el abogado tenga soft skills (habilidades blandas)”.

Asimismo, aseguró que los profesionales de hoy “requiere más especialización con el negocio específico del cliente, para ofrecer una relación en la cual el cliente se sienta plenamente apoyado. El nivel de especialización del cliente aumentó y ahora el abogado no solo debe conocer su especialidad y puede apoyarse en el resto de áreas para un mejor trabajo”.